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Egipto es un país que cuenta con una extensión similar a Colombia (1, 001,450 km²), pero con una población más de dos veces la de nosotros (128,617 855 Habitantes) y especialmente concentrada en los valles del Rio Nilo y el Delta, que ocupa menos del 5% del Área, una característica de alta demografía en la respectiva zona.

El río Nilo es el mayor tesoro para sus habitantes, puesto que es la única fuente de agua para consumo humano, sector industrial y especialmente el agropecuario, que por miles de años con las continuas crecidas, genero arrastres de sedimentos especialmente limos muy fértiles que enriquecieron los valles que rodean el río y formaron el Delta. Fue así que comenzó el sedentarismo de la humanidad donde los antiguos egipcios aprovecharon la riqueza hídrica y los fértiles suelos, para cultivar bajo una programación relacionada con la disminución del nivel del río para aprovechar al máximo el agua en el suelo, por lo que solo podían sembrar una sola vez por año.

Una de las obras de infraestructura más grandes del mundo fue la construcción y ampliación de la represa de Asuán que cambió el modelo de la agricultura en Egipto, debido a que pudieron regular el nivel del río de Sur a Norte y consiguieron establecer siembras constantes sin depender de las crecidas del río Nilo, esto junto con la innovación de los sistemas de riego por superficie, aspersión, pivote central y goteo, optimizaron el uso del agua para diferentes cultivos, como arroz, algodón, maralfalfa, frutales y entre otros.

Adicionalmente, la tecnología de drenajes subterráneos con tuberías perforadas les ha permitido Mejorar el rendimiento y reutilizar las aguas denominadas salubres.

Sin embargo, el continuo crecimiento demográfico, obligó a Egipto a buscar nuevas áreas para cultivar, con el fin de garantizar su seguridad alimentaria, dada esta necesidad hace más de 30 años inicio un proyecto nacional para adecuar las tierras desérticas en productivas, a través de la construcción de una red de canales para el transporte de agua a estas áreas (más de 20 mil kilómetros), la incorporación paulatina de materia orgánica a los suelos arenosos, el uso de sistemas de fertirriego y la construcción de centros poblados dotados de hospitales, parques de recreación y auditorios financiados por el Gobierno a estudiantes de ciencias agrícolas o agricultores con alta experiencia en cultivos.

En la actualidad existe una carretera denominada Vía el Desierto que va de Alejandría al Cairo, pero es paradójico porque estas áreas están establecidas con diferentes cultivos que hacen perder la sensación de estar en el desierto e incluso el valor económico de un Feddan (unidad de medida que equivale a un área de 4200 metros cuadrado usado en el país) es muy similar a un Feddan de los suelos del Delta, denominados entre los más productivos del mundo.

Por otro lado, en la región de Marsa Matruth, que es la más distante del Cairo en dirección hacia Occidente, ha sido también destacada porque El Centro de Investigación del Desierto ha liderado prácticas de cosecha de agua de precipitación y sin depender del río Nilo, permitiendo una agricultura productiva, especialmente con especies con mayor adaptación a sequías. Estas prácticas son construcción de terrazas que busca aumentar la infiltración del agua en la zona radicular de los cultivos, la construcción de diques en terrenos que permiten la captación del agua lluvia, la construcción de pozos para el almacenamiento de agua y también la incorporación de materia orgánica que mejoran la condición física y química de los suelos.

Aunque es un país que ha tenido dificultades, desde lo político, lo social y religioso, que ha afectado su economía especialmente en el componente turístico, donde ha pasado de 50 millones de turistas hace 7 años a 8 millones de turistas aproximadamente en la actualidad, es de destacar que la política nacional en el renglón agrícola ha sido clara y objetiva sin importar los diferentes gobiernos que han pasado en el último centenario, esto sumado especialmente a que los agricultores se han empoderado de las tecnologías que genera los centros de investigación, permitiendo que sea un país ejemplo de productividad y rentabilidad agrícola en el mundo.

Esta experiencia hace parte de un pensamiento global que es fundamental para que sigamos contribuyendo a realizar acciones locales, ajustadas a nuestro contexto cultural, ambiental y político, en diferentes niveles o posiciones que ocupemos para contribuir al desarrollo agrícola de Colombia.