Muchas personas van por el mundo moderno siguiendo marcas: la de la manzana, la del cocodrilo y la de la G. Es así como muchos creen que usando esos productos mejorarán su estatus y serán aceptados en los círculos sociales de su interés. Incluso consideran que esas marcas, son el pasaporte a círculos sociales a los cuales nunca podrían llegar por sus propios méritos, como su personalidad, conocimientos o ideas.
Ahora bien, analizando la internacionalización de los nuevos mercados nos damos cuenta que hay compañías gigantes que venden sus productos a las masas y lo hacen asequible al gran público. Sin embargo, aunque esas marcas tienen un gran poder económico, no dan estatus. Un ejemplo de ello es la compañía cervecera que patrocina a la selección de fútbol de Colombia y que todo el mundo consume a bajo costo; pero en contraste a ese producto, están las cervezas artesanales, de colores, con procesos de fermentación especializados, que no son asequibles al gran público por su valor agregado y su precio diferencial, pero que alcanzan una rentabilidad de mas del 300%.
Igualmente, cuando hablamos de teléfonos móviles muchos sueñan con un smart phone de alta gama, pero pocos pueden adquirirlos. Por otro lado hay teléfonos móviles que casi cualquiera puede obtener, llegando a acuñarse frases como "el celular flecha", lo que nos deja claro que es un producto que no ofrece valor agregado.
Sé que también en los servicios de cirugía estética se presentan esas diferencias. Por ejemplo, aprovechando el boom de la estética y la belleza, aparecen miles de clínicas de garaje que ofrecen aparentemente los mismos resultados, pero que utilizan los materiales de peor calidad y personal que no es idóneo, generando riesgos muy altos para las personas que acceden a sus servicios. Por el contrario, existen prestigiosas clínicas que ofrecen servicios especializados, renombrados profesionales, excelentes materiales y un servicio postoperatorio único, garantizando que los resultados se mantengan.
Teniendo en cuenta lo anterior, llegó el momento de aterrizar el servicio que están ofreciendo miles de asistentes técnicos agropecuarios en Colombia, que ofrecen una asesoría basada en la experiencia, subjetiva, lo cual genera que los agricultores no tomen en serio al ATA y pongan en tela de juicio su criterio, ante la sugerencia de cualquier regador, amigo o conocido. Esto genera que los productores aprendan los procedimientos básicos y las recomendaciones mínimas según el calendario y prescindan de los servicios del ATA, ya que no ven la diferencia entre un cultivo con asistencia y otro sin ella.
Viendo este panorama muchas personas pensarían en cambiar de profesión u darían un millón de excusas para justificar el porqué no se generan servicios de calidad, diciendo que los agricultores son tercos, que el mercado de semilla es pirata, que hay una guerra entre las multinacionales, entre otras excusas.
Es por esta razón que quiero poner esta reflexión en el tintero hoy: hay una oportunidad gigante para generar servicios de asistencia técnica con marca registrada, que forme comunidades, tribus y mercados en los cuales los agricultores ganen mas y los consumidores reciban mejores productos a precios justos. Es un todo un reto profesional en el que tenemos que ser los mejores midiendo, innovando y presentando modelos de negocios disruptivos. Esto suena a algo totalmente diferente y a eso es a lo que hay que apostarle. ¿Quién dijo yo?
Comentarios
es la única manera que pasemos de ser sólo firmantes de planillas de asistencia. no podemos seguir permitiendo que se diga despectivamente que "dura más una visita de un ATA", generemos el cambio