¿HASTA DONDE VAMOS A LLEGAR CON EL MALTRATO AMBIENTAL?

Resido en la ciudad de Cali, en una unidad multifamiliar conformada por 400 apartamentos, donde residimos algo más de 1.300 personas, construida en el sur de la ciudad en un área un poco mayor de 28 mil metros cuadrados, con más de una hectárea dedicada a sus zonas verdes, en donde considero, desgraciadamente de manera particular, que tenemos la suerte de contar con más de 403 árboles adultos de gran tamaño y envergadura, además de otras especies arbóreas menores en antejardines y en tres parques internos, y digo que desgraciadamente porque hay algunos residentes que consideran a los árboles como un grave peligro, ya que dicen que estos ponen en riesgo a sus carros por las probables caídas de ramas, por ensuciárles los vehículos con las hojas que se desprenden de ellos y por las defecaciones de los pájaros que los anidan y visitan.
De cuantos árboles y demás especies, en zonas verdes, posee la ciudad de Cali, no puedo dar cifras precisas ni concretas, como igualmente tampoco de cuantos habitantes somos residentes en ella.
Hasta aquí nada hay de extraordinario ni llama la atención, lo que, si tengo para recalcar y remarcar, tanto en la ciudad como en la unidad donde vivo, es la palpable animadversión y fastidio que demuestran la mayoría de sus residentes, junto a los funcionarios y personas encargadas de su administración, contra los árboles, y contra todo aquello que signifique algún grado de naturaleza viva.
Porque recorrer la ciudad, al menos para mí, es ya de por sí toda una tortura, al tener que ver cómo se trata a los miles de árboles, y a las zonas verdes donde estos se ubican, ya sea en los andenes y en los parques, a los que se someten a las más infames podas y tratamientos, cuando no son talados del todo, para darle con ellos preponderancia a las redes eléctricas y de comunicaciones, cuando no son a las tuberías de los alcantarillados y de acueducto, cortándoles de cualquier manera sus ramas, raíces y troncos, provocándoles así unos tratamientos terribles, por lo violentos, y dándoles las formas más absurdas, significando con estas acciones que estos seres vivos no tienen ninguna importancia para esas mayorías de habitantes, aún a sabiendas del deterioro ambiental que estamos padeciendo y de las posibles terribles consecuencias que se avecinan con tan reiteradas acciones.
Soy también consciente que esto que estoy comentando no ocurre solamente en mi ciudad y en mi unidad residencial, pues es un comportamiento extendido a nivel mundial, por más advertencias que hagan los expertos, y científicos ambientales, sobre el calentamiento global, por lo que se nos avecina, y por más evidente que sea la destrucción de nuestro medio ambiente en general.
Siendo así que para muchos seres humanos son más que palpables e importantes los bienes y objetos materiales, con los que consideramos estar progresando y desarrollándonos, qué tener que proteger y conservar a estos otros seres vivos tan importantes, los árboles y las distintas especies vegetales, quienes son en últimas los que nos producen el oxígeno que necesitamos para respirar y para poder vivir de una forma fundamental, en este planeta que se nos deshace en las manos por nuestras torpes acciones y posiciones.

Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Linkata- Red de extensionistas y asistentes técnicos Colombia para agregar comentarios!

Join Linkata- Red de extensionistas y asistentes técnicos Colombia

Comentarios

  • Que reflexión tan profunda, es notoria la devastación forestal que se practica a diario en nuestras ciudades y sin mencionar con estadísticas y argumentos fotográficos las masacres o arboricidios en las zonas rurales de nuestro país, es un paisaje demasiado gris el que estamos cosechando para las próximas generaciones, nuestros antepasados se creían pitonisas, ya que manifestaban que la tercera guerra seria por el agua, pero como vamos esa predición se hara realidad.

This reply was deleted.

Temas del blog por etiquetas

Archivos mensuales