Hace algún tiempo tuve el primer acercamiento a un gran programa nacional de extensión y medio ambiente, con financiación internacional; específicamente un programa del recurso agua. El grupo directivo del proyecto me explicó los objetivos, los inicios y la estructura organizacional. Uno de los jefes era el encargado de la gestión de riesgos.
-¿Riesgos en un programa de campo, de extensión?- Fue mi pregunta. Se tratará, de riesgos laborales tal vez, le insinué.
-No, no, son los riesgos del programa, incluidos -desde luego- los laborales, afirmó.
-Pero, ¿qué riesgos puede tener un programa de extensión y asistencia técnica, fuera de los pocos laborales?, le repliqué.
El profesional experto en estos temas me fue aclarando el punto y manifestó:
-Esto fue un problema al principio, cuando estábamos identificando y cuantificando los riesgos de este programa. Los extensionistas y asistentes técnicos no veían riesgos en nada, salvo en el manejo de plaguicidas. Al contrario, cuando realizamos t