USTED QUE HARIA SI FUERA EL DIRECTOR NACIONAL DE EXTENSION RURAL....?

Un sueño de fin de año... para iniciar uno nuevo.

Si usted es una persona activa, inquieta, preocupada por hacer cada día mejor su trabajo, este es el momento de hacer una pausa. Se acerca el fin de año y es la oportunidad para hacer un balance de lo realizado y de las correcciones y mejoras para el 2016. (leal texto completo aquí)
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Comentarios

  • Si llegase a ser el director de Extensión rural primero que todo despediría a todos los que han logrado sus cargos por cuota política y no por capacidades o conocimientos, la cooptación de los cargos del estado por parte de las mafias políticas es lo que tiene enrarecido y frenado el desarrollo agrícola y la aplicación de verdaderas políticas agrícolas. Es urgente y necesario que a estos cargos públicos lleguen profesionales independientes que realmente trabajen y sepan y no que provengan de los partidos políticos, convertidos en verdaderos clanes mafiosos. 

  • Buenas noches

    ¿Soñando en ser directora? hago la propuesta de que que las comunidades campesinas autóctonas de cada departamento fueran tomadas en serio y una forma es nombrándolas patrimonio de la humanidad, donde todos y cada uno de ellos sean apoyados económicamente, vistos y tratados con respeto y dignidad, donde nuestros campesinos sean un orgullo para nosotros y no una vergüenza, que tengan ellos una razon para quedarse alli y se conserve su tradición, que sean incluidos en los planes de desarrollo del pais, que vivan en paz y con dignidad. lo otro es que se cree una unidad nacional y consciente de que el campo se debe integral izar, no seguir trabajando cada profesional por su lado, el planta pide a gritos que nosotros seamos éticos y consecuentes con lo que estudiamos, seamos verdaderos convencidos de que dependemos del planeta, de que el medio ambiente no es un sofisma, es una realidad y hay que mirarlo integralmente, agro ambiental, social y económico, y quien mas que nosotros para dar ese ejemplo, valorar mas el trabajo desde el hacer, desde el escuchar, desde el participar, desde el estado no medir recursos para la educación la salud, la dignidad tanto en el  campo como en la ciudad.

  • Interesantes los argumentos que expone el colega German Cabal, basado en los del brasileño Polan Lacki al que oigo ahora que lo menciona, pero igual le recomendaría que leyese a alguien mucho más anterior como al ingles John Seymor para que los criterios de lo que es la vida en el campo se puedan uniformizar como un estilo de vida y no como un manual de condiciones a cumplir para tener éxito económico en los parámetros del capitalismo salvaje, en donde el individuo, que es la base del sistema, no la sociedad ni su conjunto, son los encargados de la productividad además que hay muy pocos que son los dueños de grandes extensiones de tierra. El colega falla en su análisis al considerar que son los individuos los que nos equivocamos al mantener costumbres o criterios agrícolas que no tiendan por la alta productividad, y es precisamente aquí donde el Estado tiene su gran culpa de responsabilidad, pues no es dando subsidios como se soluciona el asunto, es dando seguridad de mercados, de precios, de insumos, de infraestructura, de educación, de salud y así podríamos seguir enumerando temas y puntos donde el Estado, cooptado por los políticos corruptos, ha estado fallando pues no ha encontrado los canales, las vías para solucionar el entuerto. La ignorancia, la falta de educación y de cultura son la base de nuestro atraso económico, es cierto que hay individuos que se superan solos, pero si no se enseña a trabajar unidos o en conjunto no se hace, aquí se educa para ser individual no colectivo. Por eso los pocos que hemos logrado llegar a las universidades quedamos como esfuerzos individualistas, buscando objetivos personales, este concepto no aplica a aquellos que se decidieron por enseñar, aplica para los que quieren producir, y van a producir según su criterio, aquí la sociedad es un mero espectador o consumidor. Es por eso que las Universidades deben ser la puerta de entrada a los negocios agrícolas, no una simple formadora de profesionales, los graduados tienen que salir directamente a producir en sus propias tierras o integrarse en o con empresas productivas y si no a enseñar como extensionistas.

  • Tomas; completamente de acuerdo recuperar los CPGA, son el instrumento articulador de las regiones, trabajar con cadenas productivas, (Asociatividad, empresarizaciòn, escuelas de campo, planes de negocios, buenas practicas agrícolas o pecuarias, comercialización, valor agregado-agroindustrializaciòn,  alianzas productivas), que se acabe esa sinberguenceria de las EPSAGROS que solo son contratistas y no quieren sino quedarse con todas las utilidades.

  • La cosa es tan facil como que solo debe:

    - Fortalecer la institucionalidad (recuperar la operatividad de los CPGA's y de las Unidades de asistencia técnica); sobre este particular la estrategia debe inclinarse a la financiación de las entidades y permitir la ejecución de los proyectos si cuentan con la experiencia para el proceso.

    - Realizar convocatorias para el financiamiento de los proyectos de asistencia técnica, permanentes en el tiempo, donde la metodología sea "primer servido, primer comido" y que se le permita quienes se postulan aumentar la cobertura en torno al numero de productores y por ende el valor de los recursos. Esto eliminaría los baches temporales y permitiría lograr resultados positivos e información real de las actividades.

    Todo esto redundaría en un proceso eficiente, universal, inclusivo, con propósito y resultados.

  • Una dirección nacional de extensión rural tendría que:

    A. Establecer una gran red nacional de comunicación de extensión rural.

    B. Recoger todo el conocimiento existente de extensión rural a nivel nacional y contextualizarlo por regiones.

    C. Organizar los líderes regionales de las comunidades rurales y ponerlos a funcionar hombro a hombro con los extensionistas en cada una de ellas.

    D. Retroalimentación, control y replanteamiento continuo de las acciones de extensión rural en las diferentes regiones. 

  • Agricultores y ganaderos: si somos tan ricos por qué estamos tan pobres? -  Polan Lacki  

     

    Polan.Lacki@onda.com.br

     

    En el agro de todos los 19 países latinoamericanos en los cuales he ejecutado actividades como extensionista, he confirmado en forma visual y  presencial que tenemos envidiables y extraordinarias potencialidades para producir alimentos, riquezas e ingresos familiares; con la ventaja adicional de que en amplias regiones de todos estos países es posible producirlos durante los 365 días del año. Esta realidad nos impone una pregunta ¿Si hemos sido tan privilegiados por la naturaleza, por qué tenemos tantos agricultores tan pobres; y por qué siguen  siendo pobres aún cuando sus gobiernos les proporcionan tierra, créditos, refinanciaciones y condonaciones de deudas, animales de producción, herramientas, semillas y otros insumos modernos?  La respuesta que ya no podemos seguir ignorando es la siguiente: tenemos tanta pobreza en el campo porque los productores rurales, sin quererlo, aún siguen cometiendo errores e ineficiencias elementales y primarias en todas las etapas de su negocio agrícola; y siguen cometiéndolas porque no les hemos proporcionado los conocimientos necesarios para que sepan y puedan practicar una agricultura más eficiente y  más productiva que les permita incrementar sus ingresos familiares. Entonces, si la "problemática" de fondo de la  pobreza rural reside en el no saber cómo generar más riquezas e ingresos, la solución de fondo no puede y no debe ser otra. Ella debe empezar  proporcionando a las familias rurales nuevos conocimientos,  habilidades/destrezas y actitudes para que puedan adoptar innovaciones “eficientizadoras” de su negocio agrícola. Empezando por aquellas que son de bajo o cero costo y simultáneamente de alta eficacia en el aumento de la productividad  y de los ingresos familiares. Afortunadamente estas innovaciones/correcciones que cuestan poco pero rinden mucho ya están disponibles; lo que aún hace falta es difundirlas y capacitar a los productores rurales para su correcta adopción. La factibilidad y la eficacia de estas innovaciones para cuya adopción se requiere básicamente del trinomio formación/capacitación/organización de los productores rurales, están ampliamente descritas y técnicamente  fundamentadas en el libro ”Desarrollo agropecuario: de la dependencia al protagonismo del agricultor” que está disponible, en forma gratuita, en las páginas web:  www.PolanLacki.com.br/agroesp   y   www.fao.org/docrep/010/ai006s/ai006s00.htm

     

    ¿Por dónde empezar la erradicación de la pobreza rural?

     

    Partiendo de la premisa de que el subdesarrollo rural es consecuencia de la inadecuación, insuficiencia y obsolescencia de conocimientos y competencias, son los educadores rurales y sus respectivas instituciones quienes necesitan  adecuar la pertinencia/relevancia/aplicabilidad de los contenidos curriculares, modernizar los métodos pedagógicos y mejorar la calidad de nuestro  sistema de educación rural. Me refiero clara y objetivamente a las siguientes instituciones:

    - las facultades de educación/pedagogía, institutos de formación docente y/o escuelas normales que  forman los maestros de la educación básica
    - las escuelas primarias/fundamentales rurales en las cuales estudian prácticamente todos los futuros productores y trabajadores rurales
    - las facultades de ciencias agrarias que forman los principales agentes de modernización  de la agricultura y de la ganadería: agrónomos, veterinarios y zootecnistas. 
    - los servicios públicos y ONGs  que brindan asistencia técnica a los productores rurales

     

    Los agricultores trabajan duro y arriesgan mucho pero sus ineficiencias están destruyéndolos económicamente. Analicemos las que ocurren con mayor frecuencia.

     

    Primera y segunda ineficiencias. Los productores rurales son víctimas de su propio individualismo el cual los conduce al fracaso económico, entre otros motivos, porque: a) adquieren los insumos casi siempre en forma individual, en pequeñas cantidades, con alto valor agregado y del último eslabón de una larga cadena de intermediación; b) al comercializar sus cosechas hacen exactamente lo contrario, es decir, venden al primer eslabón de dicha cadena, al por mayor, sin incorporarles valor agregado; además las venden en la peor época del año, cuando todos los agricultores necesitan vender inmediatamente para quitar sus deudas y aparentemente pocos intermediarios desean comprarlas. Esto significa que, por falta de espíritu asociativo y de un elemental asesoramiento técnico-gerencial de los extensionistas, están perdiendo dinero en estas dos importantes etapas de su negocio agrícola; porque, innecesariamente, están compartiendo sus escasas ganancias con demasiados intermediarios. Muchos de éstos podrían ser eliminados de las cadenas agroalimentarias si los agricultores fuesen orientados a organizarse en  forma solidaria para encargarse ellos mismos de la ejecución de algunas actividades anteriores a la siembra y posteriores a la cosecha. c) adicionalmente suelen endeudarse al hacer inversiones individuales en maquinaria sobredimensionada y de muy alto costo (por ejemplo sembradoras y cosechadoras ) que utilizan pocos días al año. Este individualismo podría y debería haber sido desestimulado en las actitudes y comportamientos de los niños cuando ellos frecuentaron las escuelas primarias/fundamentales rurales; desafortunadamente dichas escuelas no lo hicieron y siguen no haciéndolo.

     

    Tercera ineficiencia.   Aún cuando sus recursos productivos son escasos y no existen severas adversidades/restricciones climáticas, paradójicamente muchos agricultores mantienen la tierra, los animales y la mano de obra con muy baja productividad y/o subutilizados o improductivos durante largos períodos al año; mientras tanto se quejan de la falta de crédito adquirir más tierra y más animales. Si los recursos productivos son escasos, con mayor razón las familias rurales deberán ser formadas, capacitadas y organizadas para saber y poder utilizarlos en la plenitud de sus potencialidades productivas y generadoras de ingresos.

     

    Cuarta ineficiencia. Según los datos estadísticos de la FAO los rendimientos que, en promedio, los productores latinoamericanos obtienen por unidad de tierra y de animal son muy bajos; y muy inferiores a los que ellos podrían alcanzar si recibiesen una formación y capacitación acorde a los recursos productivos que los productores rurales ya poseen en sus fincas. Analicemos apenas dos ejemplos que demuestran que el éxito económico de los productores  rurales depende mucho más de conocimientos adecuados que de créditos abundantes:

     

    a)  En la agricultura latinoamericana los rendimientos promedio podrían ser duplicados, triplicados y en ciertos casos hasta cuadruplicados, si los agricultores estuviesen debidamente formados/capacitados para aplicar de manera correcta aquellas tecnologías que, para ser adoptadas, no necesariamente requieren de recursos adicionales a los que ya están disponibles en las fincas. En el caso del frejol/frijol, uno de los cultivos más tradicionales y más importantes en la dieta de los latinoamericanos, estamos cosechando, en promedio, menos de 900 kilogramos por hectárea. Si dividimos estos 900.000 gramos por las 225.000 matas que normalmente deberíamos tener en una hectárea de tierra, llegamos a la sorprendente conclusión de que cada mata de esta leguminosa está produciendo apenas 4 gramos de frijoles lo que en promedio corresponde a 14 granitos, que a su vez corresponden a dos vainas de frejoles por planta. Este bajísimo rendimiento ocurre porque los agricultores, otra vez en virtud de su inadecuada/insuficiente formación y capacitación, ni siquiera utilizan aquellas  tecnologías más sencillas que todos ellos podrían adoptar (no hacen el test de germinación, no regulan la sembradora,  no siembran en la época, densidad y profundidad adecuadas, no hacen rotación de cultivos para evitar la incidencia de plagas y enfermedades y no eliminan las malezas antes que estas dañen el cultivo. Es interesante observar que las  medidas “eficientizadoras” recién mencionadas no tienen costos adicionales a las prácticas equivocadas que la mayoría de los productores de frejol está adoptando. Si ellos adoptaran apenas dichas medidas correctivas, podrían elevar la productividad y reducir los costos por kilogramo producido. Y, gracias a esta primera etapa de eficientización, en las próximas siembras dispondrían de recursos, generados en sus propias y más eficientes parcelas, para adquirir semillas mejoradas, fertilizantes y pesticidas que les permitirían seguir incrementando sus rendimientos por hectárea. La gradualidad en la introducción de innovaciones es la estrategia pragmática y realista que permite autogenerar dentro de las fincas/parcelas ( en vez de obtener de los bancos ), los recursos necesarios para la adquisición de los insumos de mayor costo, los que deberían ser utilizados como complementos en las etapas más avanzadas de tecnificación.

     

    b) Algo similar ocurre en la producción animal. En promedio, las hembras ( primerizas ) de nuestros rebaños vacunos tienen su primer parto a los 40 meses de vida, pudiendo tenerlo antes de los 25 meses y las vacas adultas tienen una cría cada 20 meses pudiendo tenerla cada 13 meses. Esto significa que las primerizas ocupan la tierra/pastura escasa  desde los 25 hasta los 40 meses ( 450 días ) sin producir ni un ternero ni un litro de leche; y las vacas adultas, entre una parición y otra, descansan durante 7 meses ( 210 días ) totalmente improductivas.  La tasa de extracción/o saca es del 15% al año pudiendo ser del 25%. Cada novillo ocupa/requiere una hectárea de pasturas para producir 70 kilogramos de carne al año; cada vaca ocupa en promedio una hectárea de tierra para producir 4 litros de leche al día. Todos estos bajísimos indicadores zootécnicos son consecuencia de que los vacunos están muy hambrientos; no necesariamente por falta de crédito para adquirir raciones balanceadas, sino por falta de pasturas más productivas/nutritivas y de raciones que los propios ganaderos podrían y deberían producir con los ingredientes cosechados en sus propias fincas. Entonces,  si el productor tiene más vacunos que pasturas y raciones para alimentarlos adecuadamente, sería más conveniente vender algunos de sus animales. Y con el dinero obtenido mejorar el rendimiento y la calidad de las pasturas, fertilizándolas y dividiéndolas en piquetes para adoptar el pastoreo rotativo, producir sus propias raciones balanceadas, adquirir vacunas, sales minerales y antiparasitarios. Por falta de una adecuada capacitación muchos ganaderos no se dan cuenta de que, económicamente, es más conveniente: 1)- tener una vaca genéticamente mejorada, desparasitada y bien alimentada en base a buenas pasturas y raciones producidas con los ingredientes cosechados en sus propias fincas para que produzca 20 litros de leche de buena calidad al día, que  2) mantener en la finca 5 vacas hambrientas, con mastitis y llenas de ecto y endoparásitos, que en conjunto producen los mismos 20 litros de leche pero de mala calidad y obtenidos con alto costo por litro producido.

     

    Quinta ineficiencia. Muchos agricultores no diversifican la producción y no distribuyen/difieren las siembras en distintas fechas/etapas. Al no hacerlo  se exponen a mayores riesgos de clima, enfermedades/plagas y mercadeo, que podrían ser fácilmente minimizados por ellos mismos. A propósito, si el clima lo permite, los agricultores, especialmente los pequeños, podrían reemplazar sus tradicionales monocultivos o "bicultivos" de granos básicos, que les proporcionan apenas uno o dos ingresos al año, por una canasta de rubros/especies de ciclo vegetativo más corto que generen alimentos para sus familias y sus animales, además de pequeños ingresos, durante los 365 días del año. Con tal diversificación en la producción de alimentos y en la generación de ingresos familiares, adicionalmente, se emanciparían de la dependencia de los créditos y evitarían el endeudamiento.

     

    Sexta ineficiencia. Producen especies/rubros tradicionales que al ser de muy baja densidad económica rinden muy bajos ingresos por hectárea (yuca/mandioca, papa, calabaza, camote, frejol, maíz y otros granos básicos). Los productores rurales, muy especialmente los minifundistas, deberían ser asesorados técnicamente para que sepan hacer una correcta y prudente reconversión productiva; con el propósito de que pasen a producir rubros diferenciados y de mayor valor en la comercialización al ser vendidos a consumidores de poder adquisitivo más alto. Por ejemplo: deberían producir frutas y hortalizas más sofisticadas como fresas/frutillas, piñas, chirimoyas, melones, granadillas, pitahayas, lichias, higos, tomates cereza, champiñones, espárragos, brócolis y alcachofas, maíz para choclo, frejol y arveja para consumir frescas (como chauchas), miel de abejas, vegetales/huevos/pollos producidos sin agroquímicos, huevos de codornices, lechones con producción programada para épocas de fiestas, flores y plantas ornamentales, condimentos y plantas medicinales, etc. Debido a que la mayoría de los agricultores tiene pequeñas superficies de tierra, con mayor razón deberían ser orientados a reemplazar, en forma gradual y prudente, para no exponerse a riesgos innecesarios:

     

    - los cultivos extensivos y de bajo valor económico, cuyos productos son consumidos por  los pobres.

     

    - por otros cultivos más intensivos y más rentables, que son consumidos por los ricos.

     

    Séptima ineficiencia.  Sufren importantes pérdidas en la cosecha y posteriores a ella (ya sean físicas o de calidad), que podrían ser evitadas si los agricultores  recibiesen una adecuada capacitación en el calibraje/regulaje de las cosechadoras y en técnicas de almacenaje  para evitar los daños ocasionados por mico-toxinas y/o por la incidencia de  gorgojos y roedores.

     

    Octava ineficiencia.  No adoptan medidas elementales de procesamiento inicial de las cosechas antes de comercializarlas: lavarlas/limpiarlas, clasificarlas, secarlas, fraccionarlas y cuando sea posible envasarlas. Utilizando la mano de obra familiar podrían hacer un “maquillaje” tan elemental y sencillo como el que hacen los supermercados antes de vender las frutas, hortalizas, frejoles/lentejas/garbanzos, raíces y tubérculos, etc. Si los empleados de los supermercados pueden ser capacitados para saber hacer un maquillaje tan sencillo porque las familias rurales no pueden ser capacitadas para hacerlo?

     

    Novena ineficiencia.  Por razones de facilismo, falta de espíritu asociativo con sus vecinos y hasta por ingenuidad, los agricultores se encargan apenas de la etapa más pobre del negocio agrícola, de la más riesgosa y de la que exige más trabajo, que es la etapa de producción propiamente dicha. Y  delegan/regalan a otros integrantes de las cadenas agroalimentarias la ejecución de las etapas ricas del negocio agrícola. Es decir, aquellas que ocurren antes de la producción (como por ejemplo preparar las raciones balanceadas utilizando los componentes cosechados en sus propias  parcelas ) y las que ocurren después de concluida la etapa de producción propiamente tal ( procesamiento y comercialización ). Al dedicarse apenas a la etapa de producción no logran apropiarse de la tajada más grande de las riquezas que ellos generan en sus fincas; y por esta razón quienes, en muchos casos sin merecerlo, se apropian de dicho valor agregado son los otros integrantes de las cadenas agroalimentarias.

     

    En resumen, una conclusión que para muchas personas podrá sonar como sorprendente.

     

    Al contrario de lo que suelen afirmar, quienes no han adquirido un conocimiento vivencial (directamente en terreno) de la realidad cotidiana de los productores rurales y del negocio agrícola, la pobreza rural no necesariamente es provocada:

     

    a) por los supuestos “enemigos externos” tales como el colonialismo, el imperialismo, el FMI,  el Banco Mundial, la globalización, el neoliberalismo, los tratados de libre comercio; ni por los subsidios y medidas proteccionistas que adoptan los países ricos y desarrollados en beneficio de sus agricultores. Estos supuestos enemigos externos tienen una incidencia mínima, por no decir nula, en el éxito o en el fracaso económico de la gran mayoría de los productores rurales latinoamericanos.

     

    b) tampoco es provocada porque los gobiernos de los países de nuestra región no proporcionan a sus agricultores, las pseudo ayudas paternalistas, tales como distribución de créditos y reiteradas refinanciaciones y condonaciones de deudas, subsidios, maquinaria y herramientas, pies de cría, semillas/insumos modernos y no les garantizan la comercialización de sus cosechas. Estos engaños populistas más bien están destruyendo la dignidad de las familias rurales y estimulando el ocio y la mendicidad.

     

    Basta con analizar, sin prejuicios, las nueve ineficiencias recién descritas que son cometidas por la gran mayoría de los agricultores y ganaderos, para darnos cuenta que para corregirlas no se requiere eliminar los supuestos causantes de la pobreza rural recién descritos en los puntos a y b. Porque dichos errores son  provocados fundamentalmente por la insuficiencia y/o inadecuación de conocimientos, habilidades, principios, valores, aspiraciones y actitudes más proactivas y solidarias, que el sistema de educación rural no proporcionó a los niños, jóvenes  y adultos rurales. Es debido a las nueve ineficiencias recién descritas que sus costos por kilogramo producido se vuelven innecesariamente muy altos y los precios por cada kilogramo que ellos comercializan se vuelven innecesariamente muy bajos. Es en virtud de la conjugación de estas dos variables ( costos de producción y precios obtenidos en su comercialización ) que en promedio los agricultores suelen recibir apenas entre el 15 y el 20% de los precios que los consumidores pagan por los productos agrícolas, después que estos son mínimamente procesados o “maquillados”, en los supermercados, fruterías, verdulerías, panaderías y carnicerías. En buena medida estas ineficiencias podrían ser  eliminadas por los propios agricultores.......si las instituciones de educación rural les hubiesen enseñado a hacerlo.

     

    Es por todas estas razones que las soluciones para erradicar la pobreza rural no hay que seguir buscándolas  en las ventanillas de los bancos ni en las altas esferas de decisiones políticas de los ministerios de hacienda/finanzas, sino que en los pupitres de las cuatro instituciones educativas anteriormente mencionadas en este artículo. Sus programas educativos deben estar pragmática y deliberadamente orientados al propósito de formar, capacitar, profesionalizar, empoderar y desarrollar el espíritu emprendedor y asociativo/solidario (con sus vecinos) de los productores rurales. Todo esto  para que los propios agricultores, y no el retórico e ineficaz paternalismo gubernamental, puedan convertirse en eficientes solucionadores de sus problemas de producción, de administración rural, de procesamiento y de comercialización. El qué y el cómo hacer para adecuar los programas de las instituciones educativas rurales,  a  las necesidades más inmediatas de los agricultores, está descrito en mis textos que están disponibles, en forma gratuita,  en la  sección “Artículos del autor” de la página web  www.PolanLacki.com.br

     

  • ¿Qué haría yo si volviese a ser un extensionista?

     

    Mejor radiagrafia a nuetra realidad Colombiana, No podria ser la que nos muestra Polan Lacki , uno de los Mejores Ing. Agronomos Extensinista de nuestra America Latina

     

    Polan Lacki

     

     

    Cuando cumplí 40 años de ejercicio como ingeniero agrónomo extensionista he decidido celebrarlo con la siguiente reflexión: qué haría yo, si después de cuatro décadas, tuviese que empezar todo, otra vez. Si ello ocurriese yo no le echaría a los demás la culpa por los problemas de los agricultores, no pediría que los demás solucionen sus problemas, no solicitaría que los gobiernos otorguen más créditos o subsidios a nuestros productores rurales, tampoco reivindicaría que los países ricos dejasen de concederlos a sus privilegiados agricultores. Adoptaría tal actitud por estar convencido de que, seguir haciendo estos planteamientos estériles significaría perder tiempo; y por entender que existen cosas muchísimo más constructivas que un extensionista puede y debe hacer. En reemplazo a todo lo anterior yo trataría de desarrollar las capacidades y competencias de las familias rurales para que ellas mismas puedan resolver sus problemas, sin necesitar de ayudas externas. Con tal fin haría algo tan sencillo como lo siguiente:

     

    1. Invitaría a los agricultores a un diálogo franco y realista en el cual les diría, sin rodeos ni medias palabras, lo siguiente: no pierdan tiempo esperando que los gobiernos, actuales o futuros, vayan a solucionar sus problemas, pues tal posibilidad es extremamente remota; no necesariamente porque los gobernantes no quieran, sino porque no reúnen----y no reunirán en un futuro previsible-----las condiciones políticas, operativas ni financieras para hacerlo. En virtud de la crónica inoperancia e ineficiencia gubernamental les propondría que adopten la medida radical de emanciparse de la dependencia del paternalismo estatal.

     

    2.  A efectos de demostrarles que ellos pueden disminuir su dependencia de ayudas externas y que  ellos mismos puedensolucionar sus problemas, les diría lo siguiente:

     

    a)- que, sin quererlo y sin darse cuenta, ellos mismos cometen errores que son importantes causadores de sus problemas y que, como consecuencia, ellos mismos pueden y deben evitarlos o corregirlos; les diría cuáles son esos errores y cómo corregirlos.

    b)- que las ayudas del paternalismo estatal no son tan imprescindibles como suele afirmarse; para confirmarlo les describiría varias alternativas tecnológicas, gerenciales y organizativas, que ellos podrían adoptar, sin necesidad de contar con decisiones políticas ni de recursos adicionales a los que ellos ya poseen.

     

    3. Les advertiría que, en el marco del neoliberalismo y de la globalización, ellos sólo podrán sobrevivir como agricultores si son muy eficientes; pero les añadiría que necesitan ser eficientes no sólo en la producción como tal, sino también en la administración de sus fincas, en el acceso a los insumos y en la comercialización de sus excedentes. Les diría que los agricultores parcialmente eficientes o ineficientes, desafortunadamente, serán expulsados de la actividad agrícola. Sinembargo, con el fin de que todos los agricultores, inclusive los más pobres, puedan volverse más eficientes, les recomendaríainiciar dicha "eficientización", adoptando medidas sencillas y de bajo costo. Les demostraría que, en una primera etapa de tecnificación, ellos pueden volverse más eficientes, aunque no cuenten con animales de alto potencial genético, maquinaria sofisticada ni tecnologías de punta, pues en dicha etapa, estos factores escasos y de alto costo, suelen ser prescindibles. Para demostrarles dicha “prescindibilidad”, les describiría varios ejemplos de medidas que, aún siendo de bajo o cero costo, son muy eficaces en el incremento de la productividad de la agricultura y de la ganadería; ídem en la reducción de los costos por kilogramo producido; ídem en la obtención de mejores precios en la comercialización.

     

    4. Los dejaría conscientes de que en el mundo moderno el éxito económico de los agricultores depende, muchísimo más, de conocimientos adecuados que de recursos abundantes. Por esta razón les sugeriría que no pierdan su tiempo protestando en frente al Banco Central, al Banco Rural o al Ministerio de Hacienda, por la sencilla razón de que no es allá donde están las verdaderas causas de sus problemas. Les propondría que hagan sus protestas frente a nuestro disfuncional sistema de educación rural (escuelas fundamentales rurales, escuelas agrotécnicas, facultades de ciencias agrarias y servicios de extensión rural), porque es allá donde están las causas más profundas del subdesarrollo rural y consecuentemente allá deberán ser eliminadas. Les sugeriría que se organicen, no para mendigar migajas de créditos paternalistas, sino para exigir que estas cuatro instituciones educativas proporcionen, a los extensionistas y a las familias rurales, conocimientos útiles, aplicables y eficaces en la corrección de las ineficiencias y por ende en la solución de los problemas de los agricultores y de la agricultura. Les insinuaría que den menos oídos a los políticos elocuentes y más oídos a los extensionistas competentes y a los agricultores más eficientes. 

     

    5. A efectos de estimularlos hacia un desarrollo más auto dependiente, les enseñaría cómo efectuar los llamados diagnósticosconstructivos o pro-activos, es decir aquellos diagnósticos que buscan identificar las potencialidades y oportunidades de desarrollo existentes en sus fincas y comunidades; ídem las causas generadoras de sus problemas que puedan ser eliminadas por los propios agricultores; ídem los problemas que puedan ser resueltos por ellos mismos. Les recomendaría que eviten la mala costumbre de realizar aquellos diagnósticos "paralizantes" que enfatizan las restricciones y amenazas, las causas de sus problemas que ellos no  puedan eliminar y los problemas que ellos no pueden solucionar. Justificaría lo anterior diciéndoles que estos diagnósticos paralizantes: i)- son inocuos e inútiles porque conducen a "soluciones" que los agricultores sencillamente no pueden adoptar y ii)- sólo sirven para quienes buscan tener buenas excusas para no asumir como propia la solución de sus problemas.

     

    6. Iniciaría el proceso de modernización de la agricultura utilizando plena y racionalmente los recursos que los productores ya poseen. Es decir, empezaría por incrementar el rendimiento y la productividad de los recursos disponibles, antes de reivindicar que el Estado les proporcione una mayor cantidad de factores de producción. Les indicaría que, como regla general, es más conveniente incrementar el rendimiento de una vaca o de una hectárea de tierra que aumentar la cantidad de vacas o de hectáreas. Les diría que sus animales suelen producir poca carne, leche o lana, no necesariamente por falta de animales de alto potencial genético o de tecnologías de punta, sino porque están hambrientos; y les demostraría que los alimentos necesarios para incrementar drásticamente los rendimientos de la ganadería pueden ser generados en sus propias fincas, a través del mejoramiento de las pasturas y de la auto producción de raciones balanceadas. Les añadiría que si sus vacas producen 4 litros de leche al día y un ternero a cada 22 meses o si sus hectáreas de tierra rinden 3.300 Kgs. de maíz, 2.090 Kgs de trigo, 3.200 kgs. de arroz, 712 Kgs. de frijoles/porotos o 60 Kgs de carne al año (estos son los rendimientos promedio de la agricultura latinoamericana ), no les faltan vacas ni hectáreas, créditos ni subsidios, maquinaria ni instalaciones sofisticadas; les faltan conocimientos, muchas veces elementales, para que ellos sepan aplicar, de manera correcta, tecnologías acordes a los recursos que ellos ya disponen.

     

    7. Les sugeriría que, a efectos de volverse menos dependientes de ayudas externas, adopten un desarrollo más endógeno que exógeno; un desarrollo que avance progresivamente desde adentro hacia afuera, desde abajo hacia arriba, desde lo más sencillo y de bajo costo hacia lo más complejo y de alto costo. Les recomendaría que los factores de modernización más caros y escasos sean un complemento en la introducción de innovaciones tecnológicas, y no un condicionante para empezarla; o que su falta no sea una excusa para no iniciarla. Les demostraría que a través de esta “gradualidad”, el más pobre de los agricultores puede empezar a solucionar, paulatinamente, sus problemas, sin necesidad de contar con decisiones políticas, créditos, insumos de alto rendimiento e inversiones de alto costo; porque a través de tal estrategia, la primera etapa de tecnificación permite generar los recursos necesarios para financiar la segunda etapa, y así sucesivamente. Les indicaría que esta gradualidad contribuye a romper la inercia de los agricultores más conservadores, porque elimina el seudo motivo (falta de ayuda gubernamental) que supuestamente les "impide" asumir como suya la tarea de corregir sus ineficiencias y solucionar sus problemas. Les demostraría que, en muchos casos, los "motivos" que ellos creen  que les "impiden" desarrollarse, son más ficticios que reales.

     

    8. Les recomendaría que saquen provecho de las extraordinarias ventajas de diversificar la producción agrícola  e integrarla con la producción pecuaria también diversificada, de modo que exista una especie de simbiosis, sinergia y complementación entre ambas. Les diría que una finca adecuadamente diversificada puede desempeñar el papel de "supermercado", de "banco de crédito rural", de "compañía de seguros" y de "agencia de empleos"; porque ella genera alimentos para la familia y para los animales, ingresos, insumos y ocupación productiva para todos los miembros de la familia  durante todos  los 365 días del año. Les diría que la diversificación es la mejor "vacuna" contra la dependencia del paternalismo estatal y contra las incertidumbres y vulnerabilidades de clima, de mercado, de plagas y de enfermedades. Les advertiría que el monocultivo los vuelve, excesiva e innecesariamente, dependientes del crédito rural, porque suele proporcionarles apenas una o dos cosechas (e ingresos) al año, mientras que sus gastos, productivos y familiares, ocurren durante todos los 365 días del año. Les insinuaría que si el crédito rural fuese tan eficaz como suele afirmarse, no tendríamos tantos agricultores tan endeudados. A los productores que disponen de una superficie de tierra muy limitada los capacitaría para que puedan reemplazar los cultivos de baja densidad económica (maíz, arroz, porotos/frijoles, trigo, camote, yuca, etc.) por otros más sofisticados y de mayor densidad económica (frutas, espárragos, flores, plantas aromáticas, medicinales y ornamentales, plantones de frutales, miel, etc.) que les permitan obtener altos ingresos en pequeñas superficies.

     

    9. Estimularía la progresiva formación de grupos asociativos para facilitar y hacer factible la solución de aquellos problemas que ellos no pueden, o no les conviene, solucionar en forma individual, como por ejemplo: las inversiones de mayor costo y la reducción de los eslabones de las cadenas de  intermediación de insumos y de productos. Les sugeriría que no sigan cometiendo el siguiente "suicidio económico" que está tan generalizado en nuestra empobrecida agricultura: i )- vender los ingredientes de las raciones balanceadas que ellos producen en sus fincas, al primer eslabón  de la cadena de intermediación, con cero valor agregado, y.........algunas semanas después ii)- adquirir las raciones, que fueron fabricadas con los ingredientes producidos en sus propias fincas, con alto valor agregado, del último eslabón de intermediación. Les diría que si siguen practicando este individualismo autodestructivo serán cada vez más vulnerables a la acción de expropiación de las multinacionales y de los intermediarios; y que seguirán, innecesariamente, pagando los fletes, los impuestos y los peajes para transportar las materias primas desde sus fincas hasta las fábricas de raciones y desde éstas hasta sus fincas de origen; todo ello pago con el sudor, el individualismo y la ingenuidad de los agricultores. En resumen, les sugeriría que no vendan maíz, sorgo, alfalfa, soya, etc.; y si que transformen estas "commodities" en proteínas animales y estas, a su vez, en derivados de leche y carne con valor agregado. 

     

    Observación--Cómo llevar a la práctica esta estrategia emancipadora---basada en la capacitación para el auto desarrollo, en la “gradualidad” tecnológica y en la diversificación productiva---- está descrito en los textos de apoyo incluidos  en la sección "Artículos" de la Página web http://www.polanlacki.com.br   especialmente en los siguientes libros: 1. La modernización de la agricultura: los pequeños también pueden y 2. Desarrollo agropecuario: de la dependencia al protagonismo del agricultor. Este segundo libro también podrá ser "bajado" de la siguiente página web: http://www.polanlacki.com.br/agroesp

     

    E-mails del autor: Polan.Lack@uol.com.br  y Polan.Lacki@onda.com.br

     

  • Apoyaría y ejecutaría las propuestas Agrícolas y Pecuarias que sean sostenibles y se vuelvan autosostenibles, de los jóvenes que como yo estamos empezando con las uñas.
  • Le entregaría 1 hectárea y recursos a cada técnico extensionista con experiencia para su proyecto productivo, el cual se convertiría en difusor de tecnología en la región donde se instale.

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