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Actualmente en el mercado Colombiano de seguros agropecuarios se ofrecen dos modalidades de cobertura, una es por daño directo a la planta o seguro por planta, en este caso se considera como unidad asegurada cada una de las plantas establecidas en el cultivo, y de presentarse una afectación por un evento climático se procede a evaluar el número de plantas afectadas y se determina el valor que se debe indemnizar al productor, este tipo de seguro es usado básicamente en los cultivos perennes como banano, plátano, frutales y forestales entre otros. 


El segundo tipo de aseguramiento es por rendimiento, en este caso en el contrato de seguro se pacta un rendimiento esperado en la cosecha, este rendimiento se fija teniendo en cuenta los históricos de la zona y el paquete tecnológico del productor, generalmente se garantiza un rendimiento del 70% de la cosecha esperada. A manera de ejemplo si el productor obtiene un rendimiento del 50% de lo estimado inicialmente, la aseguradora le indemnizará el 20% de los costos de producción, garantizando así el 70% pactado al inicio de la cobertura, este tipo de seguro es aplicado en los cultivos de ciclo corto como maíz, arroz, papa y soya.

En este documento estaremos detallando un tercer modelo de aseguramiento conocido como seguro paramétrico o por índices climáticos, que aunque comercialmente no se ofrece en el país, se plantea como una alternativa viable para aumentar el alcance territorial de las coberturas y para reducir los costos administrativos de peritajes e inspecciones en campo.

Desde hace varios años los seguros por índices climáticos se han perfilado como un modelo innovador de aseguramiento agrícola, bajo este esquema se busca de forma simplificada que las indemnizaciones estén basadas en valores obtenidos de un índice o un umbral, que sirve como la representación de las pérdidas en el cultivo, sin que se lleve a cabo inspección por parte de un técnico en campo.

Este tipo de aseguramiento es una adaptación de los actuales modelos de seguros disponibles en el mercado de derivados, especialmente en la industria energética, y se ha planteado como una alternativa viable en los países en vías de desarrollo, donde la producción agrícola se caracteriza por ser predominantemente de pequeños productores, y la operación comercial y logística para alcanzar áreas aseguradas considerables es una limitante en el crecimiento de los modelos de aseguramiento tradicional por rendimiento o por daño directo a la planta. Aunque es un modelo que en teoría puede funcionar de manera eficiente y en varias regiones del mundo, especialmente en Asia y África se han realizado pilotos exitosos, aun no se ha alcanzado un nivel de desarrollo importante desde el punto de vista del mercado asegurador. 

El diseño de un seguro por índice climático inicialmente exige determinar cuál es la variable climática que de manera objetiva representa el nivel de pérdida en el cultivo asegurado. El indicador que más se ha usado como índice ha sido la precipitación en cultivos de secano, ya que su medición es simple, tiene una relación directa y medible con los rendimientos obtenidos en la mayoría de los cultivos y en términos generales presenta un comportamiento relativamente homogéneo y predecible. Algunos riesgos de carácter más específico y localizado como los vientos, granizo o incendios no es posible estructurarlos bajo el modelo de índices ya que su impacto territorial es muy específico y su modelación y predicción son limitados.

En el seguro por índice climático, se indemniza al productor cuando la variable climática (generalmente precipitación) alcanza un valor determinado, ya sea por exceso o por defecto. Tal es el caso del piloto realizado en México por la compañía de seguros AGROASEMEX en el cultivo de maíz, para el cual se definieron las fechas límites de siembra donde se calculaba que el suelo alcanzaría capacidad de campo, y los valores mínimos de lluvia en las fases fenológicas críticas del cultivo, de esta manera se podría estimar cuando el déficit de precipitación representaría una disminución en el rendimiento. En la tabla 1 se detallan los umbrales que fueron establecidos durante el diseño de este producto.

Tabla 1. Umbrales de precipitación cultivo de maíz por periodo fenológico.


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De acuerdo a lo establecido en este esquema, el seguro se activaría en los casos que la precipitación acumulada hasta finalizada la etapa de floración fuera inferior a 143 mm y en la etapa de cosecha que la precipitación fuera inferior a 27 mm. Este piloto resultó exitoso y las modelaciones que se hicieron de manera previa, en las cuales se consideraron las relaciones planta – suelo – clima, simularon de manera aceptable el comportamiento del cultivo, sin embargo es necesario considerar aspectos adicionales como la distribución de las lluvias durante el periodo de aseguramiento.

En este sentido en el marco de la feria XIX Agroexpo en 2013, Victor Manuel Celaya de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación de México – SAGARPA, detallaba una de las imperfecciones que presenta el modelo con respecto a la distribución de la precipitación, el cual se detalla en la gráfica 1.

Gráfica 1. Ejemplo imperfección en modelo seguro por índice

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Fuente: Adaptado de Celaya

En este ejemplo se estableció un umbral de precipitación acumulada de 25 mm para un periodo de 30 días, considerando que por debajo de este valor el cultivo asegurado presentaría pérdidas por déficit hídrico, sin embargo el día 28 del periodo asegurado se presentó una lluvia equivalente a 27 mm, pese a que el productor tuvo afectación de su cultivo el seguro no se activó, dado que la cobertura era ofrecida para un acumulado de 25 mm de precipitación. Este es uno de los retos importantes que tiene este tipo de seguro y es lo que se denomina riesgo base, y se refiere a que el agricultor puede tener pérdidas y que estas no sean cubiertas por la compañía de seguros y viceversa, que se active el seguro y haya indemnización sin que el agricultor tenga una pérdida significativa.

En el caso Colombiano se tuvo una experiencia poco exitosa entre los años 2005 – 2006 en el diseño de seguros por índices en los cultivos de algodón y maíz. En esta oportunidad se aseguraba el déficit o exceso de humedad bajo un umbral de precipitación definido de acuerdo a la región, y se daba la opción al productor de escoger diferentes umbrales de precipitación, siendo los más alejados al promedio histórico de precipitación los de menor costo, pero obviamente los de menor probabilidad de ocurrencia, en este caso un alto número de productores eligió la opción más económica, desafortunadamente durante el periodo de cobertura de la póliza se presentaron afectaciones a los cultivos, los cuales no fueron cubiertos por la aseguradora ya que los valores de precipitación registrados en las estaciones de referencia estaba por fuera del rango contratado (González 2011, citado por Díaz).

Otra de las limitantes en ese momento era la reducida red de estaciones meteorológicas y especialmente la imposibilidad de realizar monitoreo en tiempo real de las condiciones meteorológicas de la zona asegurada. Lo anterior exige que el diseño de estos productos se haga con un conocimiento detallado de la fenología del cultivo en la zona de siembra, y de la respuesta que este tiene en cada una de las etapas de desarrollo frente a diferentes condiciones climáticas.

Afortunadamente en los últimos años el acceso a fuentes robustas de datos meteorológicos y de producción plantea un escenario mucho más positivo para la implementación de un modelo de aseguramiento por índices climáticos. De igual forma el acceso a instrumentos como las estaciones meteorológicas y accesorios de medición del clima se ha facilitado ampliamente. Otras herramientas como las imágenes de radar y las imágenes satelitales que están disponibles de manera gratuita en un sinnúmero de servidores y aplicaciones meteorológicas, son un valioso insumo para el seguimiento de las condiciones atmosféricas, la verificación de la ocurrencia de siniestros y la validación y confirmación de los registros generados por las estaciones meteorológicas de referencia.

Aunque estamos lejos de los niveles de aseguramiento de países como Argentina, Uruguay, Brasil o México, solo por considerar los de la región, en los últimos años se ha venido generando un crecimiento importante de las áreas aseguradas en el país. Son varias las entidades y organismos del estado que han insistido al mercado asegurador para se vincule de manera más activa en el seguro agropecuario y especialmente para que los pocos oferentes que hoy se tienen se decidan a diseñar modelos de aseguramiento más atractivos para los agricultores, y los seguros por índices climáticos pese a su exigente modelación técnica puede ser una herramienta viable para dar el tan anhelado salto en materia de aseguramiento agropecuario que requiere el campo Colombiano.

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Comentarios

  • Efectivamente el seguro ha ganado terreno en los últimos años especialmente en banano, arroz, maiz y forestales.

    Actualmente las principales aseguradoras que tienen oferta para el sector son Sura y Mapfre. En la páina www.gea.com.co pueden encontrar vídeos y mas información al respecto

  • Durante este fenomeno del niño el tema vuelve a cobrar vigencia,  muchas gracias por compartir esta valiosa información. Que empresas ofrecen en Colombia Seguro Agropecuario? Alguien en linkata  ha hecho uso de estos seguros?

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