Cuando estamos junto a extraños y sentimos la enorme necesidad de iniciar una conversación, la mayoría de las veces recurrimos a las condiciones del tiempo para romper el hielo…” Que frío que está haciendo”, “Como está lloviendo de duro”… “Qué raro, se suponía que este mes era de lluvia y mire este sol”… en fin, lo hacemos constantemente, algunas veces de manera consciente, otras no; el clima y sus variables hacen parte de nuestro diario vivir. Lo importante es que pase de ser un simple pretexto para entablar una charla y se convierta en una manera de observación de nuestro entorno y una herramienta útil en nuestra cotidianidad. Esta es una realidad ya, para muchas personas, como es el caso de Rafael y Sofía; Quienes son docentes en un colegio agropecuario y decidieron apostarle a una educación basada en una pedagogía de observación. Para esta pareja lo más valioso que se tiene en la infancia es la curiosidad y la capacidad de cuestionar y ver más allá de las situaciones simples, capacidad que con el paso de los años vamos perdiendo.
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Rafael y Sofía están convencidos que la investigación es un proceso que hacemos todos y que así sean pequeños los cambios que se logren incluso imperceptibles para muchos, son importantes y valen la pena los esfuerzos.
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Siendo consecuentes con sus pensamientos se dieron a la tarea de instalar una estación meteorológica en su colegio, se trata de un artefacto artesanal (que consta de un termómetro, pluviómetro, anemómetro), pero los servicios que les presta son muy importantes, ya que han logrado que sus alumnos y ellos mismos sean mejores observadores de su entorno, están comprendiendo que aquellos datos que se registran en su estación van de la mano con diferentes comportamientos en las plantas que tienen sembradas en su huerta, en la aparición de algunas enfermedades en sus animales y aparición de insectos e incluso en cambios en ellos mismos, como resequedad en la piel, aparición de manchas, etc.
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Sofía, lleva ya casi nueve años tomando los datos de su estación y confiesa se le ha convertido en una pasión, lleva sus registros ordenadamente y juega con ellos calculando promedios semestrales, mensuales, hace comparación entre los diferentes años, es feliz interpretándolos y descubriendo la estrecha relación que hay entre los cambios del tiempo y del clima con nosotros y los ecosistemas. Dice con voz picaresca que: “es feliz dándole una aplicación a esos datos y que se imagina en unos años la llamen: la viejita loca de los registros”.
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Entonces me cuestiono y los cuestiono con las siguientes preguntas ¿Quién estará más loco: Sofía o nosotros, que seguimos haciéndonos los de la vista gorda con la información climática para las diferentes actividades agropecuarias? ¿Será que las estaciones meteorológicas si nos brindan información valiosa? Insisto en que debemos empezar a entender la naturaleza y nuestros sistemas productivos desde una perspectiva más amplia y que definitivamente esos datos meteorológicos son una máquina para viajar en el tiempo, a través de ellos podemos saber cómo se comportó el tiempo meteorológico y por ende los ecosistemas en un territorio muchos años atrás y basados en esos datos a través de modelos podemos viajar al futuro y conocer pronósticos y predicciones, en definitiva nos brindan una manera distinta de escribir historia.
Comentarios
Cuando terminara el ciclo del fenomeno de la niña y cuando empezara el fenomeno del niño?????
Cuándo nos hablan de gestionar la información climática y meteorológica, en nuestro imaginario esta el que es un proceso complejo, pero Rafael y Sofía nos muestran que con una estación metereológica sencilla, el hábito de tomar los datos y ser buenos observadores de nuestro entorno, este proceso es muy sencillo, tanto así que incluso los niños lo pueden realizar.
Que bien !!! Esto ya muestra una conciencia ambiental y que por la misma vía, se mire el ecosistema como un todo y que ello nos conduzca a conservarlo y hacer una agricultura sostenible, viviendo asì en armonía con la naturaleza y con el planeta.
Se pueden aceptar todas las conjeturas respecto al cambio climático y no es extraño que después de las intensas lluvias se presenten las sequias y es por esto que debemos aprender a cuidar el agua así sea abundante o escasa por supuesto se requiere de una pedagogía de observación, concientizar sobre los fenómenos naturales y los cambios extremos del clima y el tiempo porque todo en el planeta tierra no es como hace 1000 años.
Al respecto de instalar estaciones meteorológicas en las instituciones educativas es relevante, cuando podemos obtener las guías de observación cotidianas sobre nuestras regiones productivas ese artefacto artesanal (un termómetro, pluviómetro, anemómetro), nos puede entregar los indicadores del comportamiento del tiempo y el clima como servicios que nos puede prestar a los campesinos que producimos alimentos por ejemplo, buena transferencia tecnológica, debido a los alcances de mejorar la calidad de producción. Los niños, adolescentes, estudiantes universitarios de ciencias técnicas y tecnológicas. Yo apoyo las implementaciones debido a los méritos que ya se han logrado en los claustros y ese propósito debe encontrarse en los futuros programas de gobierno aplicados porque Colombia no es solo minería también nuestro potencial son los alimentos que brindaran la sostenibilidad de las poblaciones tanto rurales como urbanas. Gracias por su aporte algo podemos aprender de todos.
Excelente trabajo pedagógico de Sofia y Rafael.
El punto e artida de la invetigación es la observación. Lo importante es acumular DATOS de esas observaciones. Las estaciones climatológicas nos aportan DATOS, que debemos organizar para analizarlos y extraer algunas conclusiones.
Fundamental el logro de "encarretar" a los niños y adolescentes con esos procesos.
Soliciten apoyo al IDEAM para equipr meor su estación.